Naturaleza: flora y fauna

Situada en una colina de los Montes Universales, es ciudad medieval que se asienta en el istmo y la península que forma el río Guadalaviar. Está rodeada en sus cuatro quintas partes por un profundo tajo que hace de foso defensivo, complementado por el imponente cinto de murallas que culminan en el castillo del Andador.

La ciudad de Albarracín está situada a 1.171 metros sobre el nivel del mar condicionando esta altitud su clima, que se puede clasificar dentro de los mediterráneos de montaña, con matices continentales, siendo su temperatura media anual de 11º y la precipitación de 480 mm. Clima y altitud han condicionado a su vegetación, siendo la sabina albar la especie clímax. Junto a ella diversas variedades de pino y de robles y encinas degradados. De gran belleza es el paisaje del rodeno, contratando su color rojo con el verde de los pinos. Las calizas son famosas por su contenido en fósiles del jurásico.

La naturaleza

La naturaleza ha sido generosa en la Sierra de Albarracín, pudiendo encontrar en ella una gran diversidad de ecosistemas. Cañones, profundos barrancos, cortados, peñas, escarpados roquedales, parameras, valles, suaves praderas, extensos bosques… con una gran riqueza en flora (pinos-albar, laricio, pináster, sabinas, acebos, robles, quejigos…).

La fauna

 En la fauna de Albarracín podremos encontrar ciervos, corzos, jabalíes, gato montés, ardillas, aves migratorias, rapaces y otras especies de gran valor.

Dentro de las aves, las aves de presa despiertan acaso la mayor atención por parte de muchos aficionados a la observación de la Naturaleza. Y la zona es especialmente rica en ellas, tanto en rapaces rupícolas, esto es, aquellas que se reproducen en cantiles rocosos, como en las forestales.

En los extensos bosques y matorrales de la Sierra de Albarracín se pueden encontrar en abundancia las siguientes espécies:

  • El ciervo, reintroducido en los años 60, es la especie más importante con unos 2000 individuos. Algunos llegan a alcanzar un tamaño grande y constituyen trofeos apreciados.
  • El corzo, desaparecido en la zona durante el siglo XIX, se ha recuperado naturalmente. No es muy abundante en la reserva, unos 150 ejemplares, por la competencia con otros grandes herbívoros.
  • El jabalí ha aparecido espontáneamente en la zona y se ha extendido bastante desde los años 60. Es una especie muy adaptable que, aunque depende de las bellotas, suele causar grandes daños en los cultivos.